Para descubrir el sentido de la vida a veces es necesario mirar atrás y buscar en tus raíces.

Unas raíces que no fueron menos humildes o vivieron una situación mejor de la que viven hoy miles de personas que sufren en todo el mundo. Sin embargo, su ejemplo de vida e historia de éxito a través del esfuerzo y la superación personal, me hicieron crecer con la certeza de que todo el mundo es capaz de forjar su propio destino y dejar como legado un mundo mejor que el que encontró al nacer, si dispone de herramientas y si tiene una mano en la que apoyarse en los momentos de mayor dificultad.

El nacimiento de la Fundación Child Heroes, tiene su origen en la convicción de que la humanidad y su entorno son un patrimonio universal del que  todos somos corresponsables, por encima de cualquier etiqueta como la nacionalidad, la raza, la religión, la orientación sexual o la ideología.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos y sobre todo, la Declaración de los Derechos del niño, no deben convertirse en un mero ideario sino en una realidad. Las situaciones de pobreza y violencia en todas sus formas, que todavía hoy existen en muchos sitios del mundo, deben interpelarnos a todos, pues es la única manera de reencontramos con la humanidad y poder crecer individual y colectivamente.

Durante mi carrera, he podido visitar y trabajar en muchos países del mundo, sin embargo, los países de África Occidental guardan un lugar especial en mi corazón y ahí comienza nuestra andadura, sin límites temporales o geográficos. Pues además de ser una profunda amante de sus gentes, paisajes y culturas, me ha dado más de lo que en una vida seré capaz de devolver. Lo más valioso, una mayor comprensión del ser humano haciéndome confrontarme cada día con lo mejor y lo peor del mismo.

Por eso con la labor de Child Heroes pretendemos: primero, llegar a los niños y niñas más necesitados, niños en la calle, víctimas de trata, esclavitud, acusados de brujería, víctimas de explotación laboral y/o sexual, y de las formas más crueles de violencia, trabajando directamente en su protección y sanación emocional y psicológica; segundo, prevenir estas situaciones en el seno de familias vulnerables; tercero, promover la investigación sobre el origen y los efectos de estas violaciones y otras que afectan a otros sectores de población además de la propuesta e implementación de soluciones innovadoras desde la cultura y el pensamiento local, imprescindible para el cambio y la ruptura de los círculos de violencia.

 

Patricia Rodríguez González

Directora y Fundadora